Camino Desnudo

Surgen los motivos para pensarte de nuevo,
en remolinos, repito la comida
del almuerzo y no respiro,
me lleva la ola.
Estoy afuera de tu casa
contando pedazos de tiempo,
escurriéndome el agua de entre los dedos.
Busca la cámara, guarda el momento,
te están esperando los ecos.
Surgen los motivos para orillarme del tiempo,
comer una hamburguesa y guardar un video.
Es disparejo el avance de los sentidos:
mientras te veo y le pago,
se van llevando los sentimientos.

Me revuelca la ola.
Despierto de un sueño largo.
Quiero escribir muchas cosas, pero de ninguna me acuerdo
porque aún no las he pensado,
ni te pienso a ti tampoco, aunque es bueno escribir enamorado,
pero ¿a quién va a querer uno con tanta agua en los latidos?
Nada. De ausencia, no «nada» de nadar.
Dormir es reír tu risa, quiero que lo sepas.
Mientras, sigo conversando a contracorriente,
me llaman para que nos vayamos.
Quiero escribir muchas más cosas, pero estoy aquí sentado,
tachando 6 líneas, evitando cerrar los ojos,
saliendo del mar, agarrando aire,
me quedo en blanco y la respiración se va a un foso.
Huelo tu perfume.