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Cambié. Cambié mi estrategia, tomé consciencia de mis acciones,
replanteé mi perspectiva, cambié noches de autodestrucción
y vanos placeres por días y noches de crecimiento personal,
autopercepción e investigación.

Bajé la palanca de la poceta con todos mis falsos amigos y jefes,
vicios, odios, miedos, culpas y pasado adentro. La diarrea se fue.

Edificarse es más sabroso que una hamburguesa.
Tener miedo al fracaso es ir fracasando.
Crecer duele, pero es parte de mi evolución natural
y disfruto cada pequeño logro, cada gran logro, cada logro.

[El Cuaderno de Sócrates va llegando a su fin,
alberga muchas de mis experiencias e ideas
de éstos últimos años. Pero es tiempo de un nuevo cuaderno,
El Cuaderno de ELSANCHEZ]

Hay canciones que nos sobreviven a nosotros en nuestros mejores
y peores momentos, así debemos ser los grandes:
La esencia, las ideas y los valores que me caracterizan
forman parte de mi trascendencia.

Estoy conmigo y es lo que más me importa,
tengo salud y proyectos, estoy creciendo y es como yo quiero.

Cada momento es un lugar único e inigualable,
me alegra y te doy las gracias por leer ésto.

Mi siguiente paso es hacia la mejor versión de mí mismo.
El Sol te mandará mis saludos. O a lo mejor,
una frase que te mueva el alma.

@_elsanchez
ELSANCHEZ

Texto #388 – La paradoja del agua.

Era ocho de agosto del 2008 y yo iba a mi primera sesión
de grabación de baterías tocada por mí en un estudio
profesional. Me acuerdo de la fecha porque era 8 del 8
del 8 y porque fue en la Universidad Simón Bolívar.
Y porque fue en el estudio de Francisco «Coco» Díaz,
tecladista de la legendaria banda Desorden Público.

Estaba yo próximo a cumplir 20 años y el extinto
proyecto musical se llamaba Suite Bohemia.
El lugar era muy acogedor, alfombrado, independiente,
la atención era excelente y me sentía cómodo.

Había un corcho grande en la pared a la derecha
de la cónsola, allí estaban colgados afiches y fotos
de Coco Díaz y de Desorden, de otras bandas y conciertos,
pero un cartel escrito con marcador me llamó mucho
la atención, decía «Toma Agua!», así, no más.
La frase me hizo click, tanto que la recuerdo
hasta el sol de hoy.

El agua es importante para tener la garganta limpia
a la hora de cantar, pero también para mantener la calma,
para estar descansado, para tener energía,
para pensar mejor. ¡El agua es indispensable
para estar vivos! Y estamos tan «sumergidos» en el día
a día, en el YO, en lo que estamos haciendo,
que olvidamos tomar nuestros 8 vasos de agua diarios.

    El Agua está implícita:

El agua nos duele cuando no está, es como el dinero,
sólo que realmente vital, la empleamos
para lavar la ropa, los platos, el carro y a nosotros
mismos. Con el agua hacemos la pasta y el arroz,
lavamos los vegetales, las carnes y el pollo,
con el agua hacemos la limonada y el café. Leer el resto de esta entrada »

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