Adentrado en el mundo empresarial,
a mi manera, en el disfrute, en la construcción,
en el encuentro de todos los tiempos,
entendiendo lo efímero de lo trivial,
valorando mi tiempo, invirtiendo en conectar,
vivo días como éste, donde me doy el gusto de contemplar.
Siempre hay tiempo para todo, siempre hay tiempo para uno,
ando en la carrera por mi libertad, por el control
de mi rumbo, por la consecución de mis metas.
Siempre hay tiempo para agradecer, para reflexionar,
para sentir, para respirar, para ver, para observar,
para medir, para celebrar, para cantar, para darse fuerzas,
para motivar a los amigos, para repararse uno mismo.
En un día cabe todo. Querer sin esperar respuesta.
Reír ante lo desconocido, sobresalir ante lo adverso.
Trascender. Pagar tu cuota al universo.
Camino Desnudo
Surgen los motivos para pensarte de nuevo,
en remolinos, repito la comida
del almuerzo y no respiro,
me lleva la ola.
Estoy afuera de tu casa
contando pedazos de tiempo,
escurriéndome el agua de entre los dedos.
Busca la cámara, guarda el momento,
te están esperando los ecos.
Surgen los motivos para orillarme del tiempo,
comer una hamburguesa y guardar un video.
Es disparejo el avance de los sentidos:
mientras te veo y le pago,
se van llevando los sentimientos.
Me revuelca la ola.
Despierto de un sueño largo.
Quiero escribir muchas cosas, pero de ninguna me acuerdo
porque aún no las he pensado,
ni te pienso a ti tampoco, aunque es bueno escribir enamorado,
pero ¿a quién va a querer uno con tanta agua en los latidos?
Nada. De ausencia, no «nada» de nadar.
Dormir es reír tu risa, quiero que lo sepas.
Mientras, sigo conversando a contracorriente,
me llaman para que nos vayamos.
Quiero escribir muchas más cosas, pero estoy aquí sentado,
tachando 6 líneas, evitando cerrar los ojos,
saliendo del mar, agarrando aire,
me quedo en blanco y la respiración se va a un foso.
Huelo tu perfume.
Interesante como se ve tentado nuestro carácter
a actuar de diferentes maneras dependiendo de las circunstancias.
Mientras tanto, se ríe la luna